Discriminación, que horrible palabra, el resumen de todos los odios, la madre de todas las guerras, el inicio de todos los miedos.
Hoy quiero hablar de todas las minorías, de toda la gente que sufre en nuestra tierra solo por no encajar con el estereotipo deseado, solo por ser diferente, por lucir distinto, por tener variedad en el gusto, por hacer las cosas en otro orden.
Hoy hablo por el negro, por el bajo, por el ciego, por el homosexual, por el gordo, por el feo, por el con nombre extraño, por el lento, por el pobre, por el nerd, por el rarito, por el retraído, por la mamá soltera, por la que espera el momento, en fin…. Por todos aquellos que han sufrido burlas, han sido excluidos o simplemente han sido ignorados.
La RAE define la discriminación como la ideología o comportamiento social que separa y considera inferiores a las personas por su raza, clase social, sexo, religión u otros motivos ideológicos.
Ahora bien, ¿quién dice que alguien es mejor que otro? ¿Qué hace superior a alguien? ¿Qué te da derecho a separarte del grupo?, somos animales sociales, necesitamos de otros, ya lo hemos hablado, somos hermanos, entonces, ¿por que dejamos que parte de nuestro pueblo sufra? ¿Por qué hacemos sufrir a nuestro hermano?
El prejuicio es el inicio de todos los odios: la homofobia, la xenofobia, el genocidio, la misoginia.
En el caso de la homosexualidad no creo que haya muchas vueltas que darle, para mí la tendencia sexual es como si te gusta el helado de vainilla, chocolate o aliado, en realidad es algo tan íntimo, tan de uno y tan común y corriente… eso no te define como persona, no te da derechos sobre otros… no te hace distinto.
Las madres solteras… eso es lo más tonto que he oído, ¿acaso alguien se denomina madre casada? Orgullosa la mujer que es capaz de sacar adelante a su cría sola, ya es difícil ser papá y mamá al mismo tiempo, como para aguantar el rechazo de una sociedad machista, porque si fueran los hombres los que parieran no existiría tal prejuicio, los anticonceptivos se regalarían en la calle y el aborto sería legal.
El color de piel no te hace mejor o peor persona, ser más blanco o más moreno no garantiza que tus actos sean nobles, la calidad va por dentro dicen por ahí y son tus actos los que te definen, no tu piel.
Ser bajo, gordo o feo en realidad solo depende de los ojos de quien mira y la belleza está en el alma de quien logra realzar la hermosura del otro, además es tan subjetiva…
Muchas veces el rarito, el extraño, o el que se viste distinto, solo usa eso como una armadura para no ser herido, a veces, es mejor ser ignorado a ser víctima de abusos, burlas y toreo.
Están también los extranjeros en su propia tierra, sin tener un lugar que llamar casa. Están los que han sido violentados por exigir respeto por su etnia, los pueblos antiguos que han sido robados, violentados y saqueados y hoy mirados con desprecio.
Estamos las que hemos sido consideradas ciudadanas inferiores, las que hemos peleado toda la vida por igualdad de derechos, a las que nos pagan menos y nos hacen trabajar más. Las que debemos rendir pleitesías al macho a costa de la vida.
Las clases sociales se discriminan siempre entre sí, el rico mira en menos al acomodado, este a su vez discrimina al clase media, quien se siente superior al pobre, el que se admira del indigente y viceversa ¿en qué momento las cosas empezaron a ser más importantes que las personas? ¿Cuándo pusimos precio y perdimos el valor?
La política y la religión también nos separan, los fachos descalifican a los izquierdosos, con frases como comunistas come guaguas, vete a Cuba y viceversa. Entre cristianos se diferencian entre católicos, evangélicos, mormones o Testigos de Jehová y al final, todo de traduce en transustanciación contra consustanciación. No tomar café o rezar un rosario no va a cambiar tus actos, no te hace más puro. Ni mencionar si eres pagano, budista o de una fe distinta al cristianismo, te pudrirás en el infierno de antemano.
Hay un sinfín de situaciones que nos discriminan, nos separan y nos hacen pensar, más aun cuando los discriminados pasamos a ser la gran mayoría, si nos damos cuenta, cada uno de nosotros ha sido segregado y segregador en más de una ocasión.
El mundo es heterogéneo, la naturaleza del ser humano nos hace únicos, tenemos dos opciones: ser una tribu de segregados o aceptarnos como hermanos y dejar de pelear. No solo Arauco tiene pena, ya que cada uno de nosotros lleva un Arauco dentro, una parte de nuestro ser que lucha por ser aceptado, por ser soberano de sí mismo y ser respetado por lo que somos.
¡¡BASTA DE DISCRIMINACIÓN!!